martes, 31 de enero de 2012

Sufrir

Tengo demasiado amor. Demasiado. Tanto que me ahogo en él. Me ahogo en él y en tus disculpas y en tus excusas y en mis lágrimas. Ya no puedo respirar.

Me quedo parada en la acera, mirándote partir, llorando. Espero que sigas manejado hasta tu destino, que encuentres lo que buscas, eso que no soy yo. Espero que no haya sido en vano, que todas las lágrimas y los sollozos sirvan para algo. Espero que deje de doler, aunque sea unos días, pero que deje de doler. Y pronto.

Quemé toda esperanza, utilicé todo lo que estaba a mi alcance para que te quedaras. Tú aceleraste y te fuiste. Ahora, ¿qué hago con las cenizas que aún queman? ¿Qué hago con todo el amor que tengo y que tú no compartes?  ¿Qué hago con las memorias que quedan? ¿Con los anhelos? ¿Con el roce de tu mano que nunca más sentiré? ¿Qué hago con el corazón roto? Aceleraste y dejaste demasiadas preguntas sin responder. La única que respondiste fue: "¿Ya no me amas?" con un "no".

Me duele mucho. No lo voy a negar porque negarlo es peor. Quiero sufrirlo todo de golpe, quiero que me duela hasta que quiera morir, quiero llorarlo hasta que ya no queden lágrimas. Quiero que la pena me dure un par de días y que se vaya para siempre, pero no sé qué tan profundas sean las heridas y espero que no genere queloides. Quiero estar contigo pero si no puedo, si no me dejas, entonces quiero olvidarme de nosotros.

Siento que me arrancaron algo. Que me lo quitaron a la fuerza. Que me obligan a dejar de amarte cuando tengo tanto, tanto amor para ti. Que me obligan a dejar de verte cuando lo único que quiero es verte. Que me obligan a olvidarte cuando pienso en ti todo el día. Que me obligan a sufrir una pérdida de algo que yo no quería dejar ir. Pero no se pueden controlar los sentimientos y cuando dejas de amar, no se puede hacer nada. Pero yo tengo suficiente amor por los dos. Pero no importa porque así no funciona.

Todos me dicen que sea fuerte, que tengo que superarlo, que tengo que encontrarme a mí misma y seguir adelante. Me dicen que me distraiga, que siga con mi vida, que haga lo que no hacía cuando estaba con él. Nadie te explica lo mucho que duele, nadie te responde todas las preguntas, nadie sabe dónde poner todo el amor que amé y quedó en el aire. Quiero creerles, quiero hacerles caso. Quiero estar bien. Alguien que me dé un paso a paso, que me guíe. No sé hacerlo. Yo estaba bien, yo era feliz. ¿Ahora cómo regreso a eso sin regresar? Cada paso duele mucho y las rodillas fallan. Se quieren caer. Dan ganas de caerse y no levantarse. Es mucho trabajo.

Estaré bien. Eventualmente estaré bien. Todo termina, los sentimientos cambian, las cosas cambian, todo avanza. No podemos retener a la gente, no podemos controlarlos, no podemos tener siempre todo lo que queremos. Hay que estar bien, hay que distraerse, hay que levantar la cabeza y seguir caminando. No sirve de nada quedarse estancado, no sirve de nada llorar ni escribir textos tristes. Ya lo sé, ya lo sé. Lo intento. Sigo intentándolo.

Quiero odiarte, quiero echarte la culpa, quiero pensar que eres un ser abominable. Así es más fácil. Así sentiré que me libré, que tuve suerte en salvarme. Pienso que es al revés. Te salvaste. Y yo me odio por querer mantenerte cautivo sin importar cuánto te duela. No puedo odiarte, sólo has sido bueno conmigo. Me has dejado amarte hasta que no pudiste más. Me has permitido tu presencia y tu cariño hasta que no soportaste la mía. Me dejaste llorar en tus brazos y me dejaste reír contigo. No puedo odiarte y espero nunca odiarte. Sería cruel manchar tu memoria así. Sería cruel asumir que quisiste hacerme daño. Eres la persona más buena del mundo, ¿cómo podría odiarte? Pero, sin odio, ¿cómo me curo de esto?

Un día se curará el hoyo que quedó. Un día me olvidaré de como se sienten tus abrazos y el sabor de tus labios. Un día dejaré de amarte y estaré bien de nuevo y querré comenzar toda esta estupidez de enamorarme de nuevo. Un día, no sé cuándo, pero un día pasará. Y cuando pase sentiré que he sobrevivido, que soy fuerte, que gané. Pero es mentira, he perdido. Te he perdido. He perdido lo que me hacía más feliz. Sin embargo, cuando me cure y esté bien de nuevo sentiré que gané y nadie me podrá decir lo contrario. Sólo tu recuerdo. Así que esperemos que para ese entonces ya me haya olvidado de ti.

Escribo todo porque no te lo puedo decir a la cara. Ya te lo dije y no te convencí. Quiero convencerme a mí misma que tengo el control, que puedo organizar mi mente y mis sentimientos. Lo escribo y lo publico, no tengo vergüenza. Tal vez más adelante me avergüence de este texto, me den ganas de borrarlo y eliminarlo de la mente de todos. Pero ahora no me importa, quiero que sepan que me duele y que no es fácil. Quiero escribir y dejarlo ir. Quiero que se pierda en el internet y quiero perderme con él. Pensarán que soy tonta, que soy inmadura, que así no se arreglan las cosas, que sólo busco atención. Si alguien puede escribir una canción sobre desamor y ganar millones de dólares, yo puedo escribir sobre mi pena y no ser juzgada. Déjenme sufrirlo, escribirlo y dejarlo ir. Así sufro yo.

jueves, 19 de enero de 2012

Y ahora, ¿qué hago?



Necesito escribir. Lo necesito para llenar ese espacio que me falta. Ese hueco de lo que se me arrancó. Necesito escribir para sentir que aún tengo voz y palabra, para sentir que puedo sentir algo más que pena, para sentir que aún soy dueña de algo y que no sólo tengo que aceptar lo que dicen los demás.

A veces hay que aceptar lo que dicen, cada uno toma las decisiones pertinentes sobre sus vidas. Cuando es una decisión que concierne a dos personas, a veces que sólo una tome la decisión es suficiente. No podemos controlar las vidas de los demás, pero ojalá pudiésemos controlar por lo menos la nuestra. Sin embargo, están éstas decisiones de dos que en realidad son decisiones de uno y ahora necesito tener algo mío. Una decisión mía. Decido escribir.

He tenido que leerme a mí misma para buscar mi ayuda y me he dado cuenta que soy pésima dando consejos. Leí este post, por supuesto, y no me sirve de nada. Por supuesto que sirve cuando tú terminas la relación, como fue mi caso cuando escribí eso. Y sirve cuando no sientes culpa, que es también ese caso. Lamentablemente ese no es el caso ahora y me gustaría reformularlo.

¿Qué hago ahora que me terminaron? ¿Ahora que la herida soy yo? Llorar como una Magdalena, eso es seguro. Dejar de comer. Ver películas que ahora que se bajaron a Megaupload ya no tengo. Abrir su Facebook cada tres segundos. Por cierto, los creadores de la estúpida barra del chat permanente a la derecha definitivamente no pensaban correctamente al hacerla. ¿Cómo se les ocurre? Ahora veo su nombre y su foto todo el día al lado y no lo soporto. Me duele, ¿ok? Y es su culpa porque en verdad nadie necesita una barra de chat permanente al lado ni un espacio en el que te salga en tiempo real todo lo que hacen todos tus contactos de Facebook. Es ridículo. Es decir, para un stalker está bien porque se entera de todo lo que hace todo el mundo y puede ver exactamente cuándo la gente está conectada pero, ¿acaso nunca han terminado con nadie? No parece una idea tan buena ahora, ¿no?

Como iba diciendo, no sé qué hacer con mi vida porque en verdad él debe ser prácticamente la mejor persona que he conocido en mi vida y no ha sido nada más que bueno conmigo. Hasta que terminó conmigo, claro. Es decir, no puedo recurrir al odio para apartar toda esta pena. El odio siempre es fácil, sólo estás como que: "RAAARRGHH es una persona horrible y no se merece mi atención ni mi amor incondicional ni todas las cosas buenas que hice por él, he perdido mi tiempo. Es malo, malo, malo". ¿Y cuando no hay odio? "RAAARRGHH es una persona demasiado linda y buena y en verdad merece que le haya prestado más atención y le hubiera dado más amor incondicional y debí haber hecho todo lo posible por él, he perdido mi tiempo no devolviéndole todas las cosas buenas que hizo por mí. Es demasiado, demasiado, demasiado bueno". Así no sirve. Eso no me hace sentir mejor. Eso sólo me hace sentir como una persona horrible que debió haber dado más de lo humanamente posible para que aquél ser amado perfecto y pulcro esté contento con la relación y no termine conmigo. ¿Qué hago sin odio? ¡No puedo vivir así!

Es como si me hubieran cortado una parte de mí. No, como si me la hubieran arrancado. Con dientes afilados. De un hombre lobo. Es como si hubieran decidido: "No, tú eres una persona mala y horrible y no mereces a un ser tan perfecto y pulcro" y me lo hubieran arrancado. Del brazo. Como si fuera un tumor. Todo éste símil se ha vuelto muy raro y he derramado jugo de beterraga sobre mi pijama favorito. La tintura de la betarraga no sale, ¿no? I'm fucked. Ya lo lavé y parece que sí salió pero el polo está todo mojado así que me tuve que poner otro. #Superwhitepeopleproblems #Pero yo soy china-peruana #No importa.

Bah, perdí el hilo. Entonces, es como si me hubieran arrancado una parte de mí porque en verdad me gustaba estar con él. Incluso siento que él es lo único o lo más bueno que yo he tenido. Yo no soy una buena persona, soy rara y burlona y lamentablemente así es la vida, no podemos ser todos buenos. Pero con él por lo menos intentaba ser buena, o me sentía buena. Me confundí con él (referencia a César Vallejo) y ahora que ha arrancado esa parte de mí me encuentro cara a cara con la realidad de que dejé ir lo más bueno que he tenido en mi vida y que no soy buena como creía cuando él estaba. Y me han arrancado esa parte porque yo no la hubiera dejado ir, yo hubiera aceptado que él sufra conmigo para que yo no tenga que sufrir sin él. Y lo admito, porque no soy buena como él y porque soy egoísta. Pero es la verdad y es la verdad para muchas otras personas.

Nos aterroriza el dolor, le tenemos terror a sentir la pena y por eso nos escondemos detrás de quién sabe qué cosas para no tener que llorarla y sufrirla y pasar por el difícil camino de la recuperación. Algunos se esconden detrás del alcohol, o de las drogas, o de los videojuegos... Otros, como yo, nos escondemos detrás de la bondad de los demás. Y sabemos que con esa bondad nos van a proteger, van a evitar que nos pasen cosas malas. Con esa bondad nos van a ayudar a sobrevivir el dolor y precisamente por esa bondad van a hacer lo posible por no hacernos daño. Pero me cansé de aprovecharme de su bondad y acepté que me deje. Porque así me siento, dejada. Dejada a la deriva sin saber qué hacer. Sin saber de dónde sostenerme para que no me arrastre la pena. Ese es un problema, y ese es el problema de mi manual para sobrevivir a los break-ups: nunca sabes con cuánta fuerza te va a golpear la pena. Yo no esperaba esto. Yo pensé que iba a estar tranquila y relajada mientras soportaba la pena porque "es lo mejor para él" y todas esas webadas. Pensé que lo iba a manejar mejor, pensé que iba a soportar el dolor con tranquilidad y modestia (wtf?). Sin embargo, aquí estamos. Tal vez lo único que me falte sea escribir. Tal vez cuando termine de escribir esto me sienta mucho mejor pero nunca se sabe porque lamentablemente no podemos controlar todo en nuestras vidas.

Lamentablemente la gente es complicada y los sentimientos son frágiles y no importa qué hagas, eventualmente vas a tener que sentir pena y dolor y vas a tener que sufrirlos. Y cuando llegue ese momento, precisamente porque has estado escondiéndote y protegiéndote no vas a saber qué hacer. Y vas a sentir que te han arrancado una parte y que nunca la vas a poder recuperar y que te quedará una cicatriz por siempre que te recuerde que los buenos tiempos existen pero que no por eso te vas a salvar de los malos. Y vas a llorar y vas a sufrir porque el mundo no te da lo que quieres, porque tu vida no salió como la planeabas, porque tú sigues esperando tu príncipe y tu final como en Disney que nos mintió vilmente. Y eventualmente te vas a recuperar, no sabes cuándo, pero te vas a recuperar porque al final uno siempre termina por consolarse (referencia a El principito). Y cuando te recuperes mirarás atrás y dirás: "not bad", y serás tonta como yo y pensarás que te salvaste de la pena fácil porque no te vas a acordar de lo horrible que te sentiste en ese preciso momento en el que te diste cuenta que tu sueño terminaba con él dejándote. Y está bien, por supuesto que está bien, porque serás feliz de nuevo y tendrás otro sueño con el cuál ser buena y feliz y parecerá como si todo el sufrimiento anterior fue mentira.

Estoy muy triste, sí, pero eso no significa que algún día no estaré bien. Perdí algo, sí, pero eso no significa que algún día no encontraré algo más. La vida sigue y es corta así que no puedes quedarte estancada así. Yo sé que duele, que no dan ganas de nada más que llorar, que todo parece vacío; pero también sé que eventualmente eso va a cambiar porque ya me han mostrado que los buenos tiempos son posibles.

Y por eso te agradezco, por haber sido infinitamente bueno conmigo, por haberme apoyado en momentos muy difíciles, por haber soportado mis cojudeces y por haberme dado buenos tiempos. Ahora es hora de partir, de seguir y de luchar contra la pena. Porque ella no puede conmigo así como yo siento que no puedo sin ti. Y cuando yo deje de sentir que no puedo sin ti, ella se va a rendir.

Ahora regresaré a mis lloriqueos inmaduros y mis esperanzas rotas hasta que me sienta mejor. Gracias por leerme.

Ya ni siquiera recuerdo qué he escrito, pero me da miedo leerlo. Y ahora me dio miedo que lo lean ustedes, pero ahí va.

Foto: Grabado de Fito Espinoza. Ya lo había visto antes en el blog de Janis pero me pareció pertinente al caso así que espero que no se moleste.