Hay una herida que nunca va a sanar.
Que sangra,
que duele,
que pena
en las sombras,
debajo de tu cama,
en el repostero de la cocina,
en el desagüe del caño,
en el fondo del espejo.
En la última coronaria,
triste,
de tu desgastado
corazón.
Y hay un elefante sentado sobre mis pulmones. No me deja respirar.
La foto es de aquí. Que bueno que no soy taba en HTML porque sino no hubiera podido añadirla.
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