martes, 28 de agosto de 2012

Yo te cielo


¿Se pueden inventar verbos? 
Quiero decirte uno: yo te cielo así mis alas se extienden enormes para amarte sin medida.
-Frida Kahlo, 1947.


Quise dejarte ir, pero
se me ocurrió que,
si te amara un poco menos,
el cielo no tendría
sobre qué sostenerse.

Y yo no quiero que el cielo se caiga.

La imagen es de aquí.

lunes, 20 de agosto de 2012

Escribo, escapo



Estoy en clase, debo prestar atención. No entiendo nada de lo que habla el profesor porque estuve tonteando y ya no sé qué está explicando. Algo sobre "patch-clamps", en el ecran dice "Electrofisiología celular". Todo esto es muy complicado.

Habla algo sobre un corazón de rata, sobre iones, sobre una micropipeta que succiona una parte de la membrana celular de una célula y por lo tanto aumenta la resistencia eléctrica. No sé de qué habla.

Entonces, escribo. Escribo porque me gusta sentir el lapicero rasgando la hoja, deslizando trazos, dejando su sangre en letras y símbolos que nunca llegan a decir todo y dicen nada. Escribo porque quiero ir matando al lapicero y llenando la hoja para ir matando sentimientos y vaciando el alma. Escribo para ya no estar acá y estar allá, allá donde los recuerdos son claros y las mantas son tibias y las tardes nunca son solitarias. Allá donde las risas invaden los rostros cansados y las miradas me emocionan hasta las lágrimas.

Entonces vuelo, vuelo y caigo y me pierdo entre las palabras y "palabras" se vuelve un laberinto en el que entras por la "p" y no logro encontrar la "s". Y ya no es "palabras", sino que es "pala", "ala", "bala", "para", "lara", "ara", "labra", "pabra"... Y nunca encuentro mi camino.

Ya perdí porque hay otras cien, doscientas, trescientas palabras y recuerdos en los cuales perderse y la hoja ya no está en blanco y sigo escribiendo para seguir perdiéndome.

Entonces escribo y me pierdo en las palabras como me pierdo en los surcos de tus huellas dactilares y en las colinas de tus cicatrices y en los pozos de tus lunares. Caigo de nuevo en los abismos de los hoyitos de tu sonrisa y en las cuevas profundas que son tus ojos. Me pierdo en los recuerdos y en los recuerdos de sueños y estos se mezclan y se confunden hasta que ya no sé qué soñé y qué pasó en realidad.

Al final sigo aquí, sentada en esta carpeta. El profesor sigue hablando de cosas que no comprendo o no quiero comprender. Debo prestar atención, así que dejo de escribir.


Escribo para escapar.
La foto es de aquí.

miércoles, 15 de agosto de 2012

180°



Intentando alejarse, él se despidió y siguió caminando hacia la derecha. Intentando olvidarlo, ella escapó caminando hacia la izquierda.

Tras darle la vuelta al mundo, se encontraron cara a cara de nuevo. Así comprendieron que lo único que tenían que hacer era encararse, no escapar.


En Twitter sigo un usuario llamado "Microcuentos", que publica cuentos de menos de 140 caracteres. Yo quise hacer mi propio microcuento, y lo logré, pero sentí que me faltó un poco de espacio.
La imagen es de aquí.

martes, 14 de agosto de 2012

Sexto ciclo



Les presento mis metas para este ciclo (espero cumplirlas).
  • Dormirme menos.
  • Estudiar más.
  • Zurrarme menos.
  • Organizarme más.
  • Distraerme menos.
  • Apuntar más.
  • Huevear menos.
  • Esforzarme más.
  • Deprimirme menos.
  • Sonreír más.
Sexto ciclo, puedo contigo. Sí puedo. Mi racha de invictos no se va contigo, por lo menos no sin luchar.

Ahora empieza lo más complicado, parece. Aunque seguro lo he dicho de muchos otros ciclos, pero este es. Se viene con fuerza y vamos a lucharla con fuerza.

P.S. Este es mi entrada número 100, ¡es una señal!
La foto no tiene nada que ver, pero es bonita y es de aquí.

domingo, 12 de agosto de 2012

Estrellas



- Las estrellas me dan mucha pena...

- ¿Por qué?

- Porque son tan viejas y están tan lejos. Son tantas y están tan solas. Sólo imagínate que están todas a millones de kilómetros la una de la otra, aunque desde acá parezca que se encuentran tan cerca. Y esos destellos que vemos y nos hacen suspirar pasaron hace tantos años. Es casi como si vivieran mintiéndonos. Esos brillos que nos dan esperanzas ya pasaron hace mucho tiempo y, de repente, en realidad esas estrellas que miramos ya están muertas. 

- Es una manera muy triste de verlo... Pero por lo menos su luz llega a algún lado, por lo menos tienen a alguien que disfrute de su belleza.

- Me abruma su infinidad, su absoluto, su belleza, su lejanía y su vejez. 


Hace tiempo que no veía las estrellas así.
La imagen es de aquí.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Entre tú y yo



Entre tú y yo no quedan más que miradas temerosas a lo lejos, de las cuáles escapamos apenas colisionan, y mucho miedo. Miedo de herirnos, miedo de amarnos y miedo de extrañarnos.

Miedo de extrañarnos porque, si lo hacemos, es que aún nos amamos.

Miedo de amarnos porque, si lo hacemos, es que aún podemos herirnos.

Miedo de herirnos porque ya lo hemos hecho antes y el dolor de herirte es más grande que cualquier otro.

Nadie quiere sufrir, es un instinto humano. Entonces corremos, corremos el uno del otro y nos envolvemos en brazos distintos y aceptamos miradas de otros mientras nos miramos de lejos. Corremos y escapamos de las pupilas del otro, de los ojos inundados, volteamos la cara. 

Nos encontramos en un pasadizo, rozamos miradas, abres la boca, parece como si quisieras decir algo, sé que no es lo que quiero escuchar, tus ojos me dicen que tienes miedo, me da pánico, hago como que te ignoro o te odio (nada más alejado de la verdad) y salgo corriendo. Corriendo, siempre corriendo.

Entre tú y yo queda un espacio vacío enorme, un espacio vacío que no se llena porque nuestros miedos no nos dejan llenarlo. Ese espacio se queda vacío porque tenemos miedo de que todos los sentimientos salgan y lo llenen.

Entre tú y yo quedan tantas promesas, flotando en el aire, esparciéndose y difuminándose, llegando a otras manos.

Entre tú y yo quedan mil recuerdos. Recuerdos que ni tú ni yo podemos olvidar.


Confío en que si sigo escribiendo, éste peso que cargo siempre desde hace tanto tiempo se irá levantando.
La imagen es de aquí.