martes, 31 de agosto de 2010

Carta a un posible enamorado



Querido posible enamorado,

¿Cómo estás? No nos conocemos aún, o tal vez sí pero no nos hemos dado cuenta que podríamos estar juntos. Yo estoy viviendo y quejándome, como siempre, y te espero hoy más que nunca. No sé por qué me han entrado tantas nostalgias hoy, no sé por qué me siento tan inquieta por tu llegada. Por un lado me maravilla el ser humana y poder enamorarme pero por otro me aterra el tener que emprender otra vez el difícil camino del amor. Todo esto empeora al complicarme la vida pensando en que podríamos no coincidir en nada más que el estar enamorados, lo que volvería más difícil el ya suficientemente difícil camino. Por esto considero necesario el avisarte de antemano sobre los peligros de mi inconsciente para que cuando llegues, llegues preparado o, en todo caso, no llegues porque abortaste la misión de conquistarme.

Yo no soy fácil. Lo lamento, me encantaría ser una persona sumamente sencilla y dócil, pero no lo soy. Soy la clase de persona que va a hacer que te preocupes y te atormentes pensando en qué hiciste para causar mi mal humor porque, sí, fue tu culpa y no se me pasará hasta que lo admitas. Además, suelo caer en momentos de depresión que pueden durar entre algunos minutos hasta un par de días, pero no más. Estas depresiones se caracterizan por aparecer con profundos sentimientos de culpa, aparente incapacidad de lograr lo que sea que intente (desde pasar un examen hasta dormir), suspiros descontrolados y miradas taciturnas. Durante estas recaídas voy a necesitar desesperadamente de tu apoyo y tal vez demande demasiada atención de tu parte. Es más, es posible que si no tienes cuidado mi negativismo y mis suspiros te jalen al túnel oscuro de mis depresiones.

Frecuentemente seré una persona cruel y haré comentarios sarcásticos que probablemente te harán enojar. De vez en cuando pareceré una persona completamente distinta y la mayor parte del tiempo seré un machazo en vez de una princesa. Cuando compres papas fritas me comeré más de la mitad de ellas... Y sin preguntar. Jamás me podrás sacar celos pero yo me pasaré el tiempo hablándote de como amo a todo el mundo. Tal vez mi orgullo te hiera porque es muy poco probable que me hiera a mi y, conmigo, alguien siempre tiene que salir herido. Me quejaré de todo, todo el tiempo, y lo consultaré todo con mis amigas antes de tomar una decisión. Me complicaré la vida por todo y complicaré tu vida de paso, también. Te volveré loco por diversión y te llamaré "demasiado normal" si es que me llamas "loca".

Posible enamorado, después de leer esto, ¿qué piensas? ¿En verdad valgo la pena? Posible enamorado, ¿abortarías la misión? Soy demasiado difícil y te complicaría la vida pero, ¿qué cosa buena obtendrías tú a cambio? Eso lo tendrás que descubrir tú solo. Yo podría ser la persona más dulce del mundo, pero no estoy segura de ser verdaderamente capaz de serlo. Aún no se ha presentado la situación para que lo sea o lo intente ser. Podría ser divertida o graciosa, podría ser tolerante o cariñosa. Podría ser bonita, podría ser perfecta, podría permitirme amarte y podría permitir que me ames. Podría ser humilde, educada y servicial. Sin embargo, por ahora no hay nada que pruebe que realmente puedo ser (o hacer) cualquiera de lo mencionado arriba. A partir de aquí sólo dependerá de ti el intentarlo o salir corriendo. Yo no puedo decirte si valgo la pena o no, eso deberás descubrirlo solo. Sólo puedo advertirte de lo difícil que será y de lo complicada que soy. Lo demás queda en tus manos


La foto fue sacada de aquí y es de este artista.

lunes, 30 de agosto de 2010

Colibrí



No tomo café, pero me muero por el mocha. Hoy me tomé un mocha frapuccino del Starbucks y fue la gloria en un vasito que se acabó demasiado rápido. Como todo lo bueno. Como chocolate de leche y a veces hasta bitter, pero no siempre y nunca como chocolate blanco. Me gustan las frutas y las verduras pero no me gusta la berenjena ni el higo. Como huevo frito y revuelto, pero no me comeré la yema del huevo duro, lo lamento. La mayor parte del tiempo no me gusta el pollo, la menor parte del tiempo no me gusta el pescado. Siempre me gustan los mariscos pero a veces prefiero comer solo tofu. Me gusta lo salado pero casi siempre prefiero lo dulce aunque la mayor parte del tiempo te prefiero a ti.

Puede que no crea en ti pero creo en mi. A veces tampoco creo en mi pero de vez en cuando creeré en ti. Puedes convertirte en todo lo que tenga en algún momento pero más vale que yo no sea todo lo que tienes porque me puedo escapar. A veces me escapo pero la mayor parte del tiempo prefiero quedarme aunque depende de cuánto te guste leerme. Si te gusta mucho leerme puede que no me escape porque podrías llegar a entenderme pero si no te gusta leerme es posible que no me quede de otra más que escapar. Si no te gusta leer nada de nada puede ser que no nos entendamos y eso ya sería catastrófico. No la cagues, porque podrías arruinarlo todo pero a veces es aburrido que todo vaya siempre smooth. No seas cuidadoso pero tampoco seas demasiado audaz. La rebeldía sin causa no va conmigo. No aparentes ser alguien que no eres cuando estés conmigo y no estés de acuerdo conmigo en todo lo que pienso. De vez en cuando es interesante coincidir en ciertos puntos pero no es divertido tener un casi clon mental.

No me agrada sentirme de martes, miércoles o domingo. Prefiero sentirme de jueves, viernes o sábado. A veces me gusta sentirme de lunes, pero casi nunca sucede. Prefiero sentirme de febrero o diciembre en vez de sentirme de marzo o agosto. Prefiero sentirme de primavera que de otoño y de verano que de invierno. Prefiero sentirme de sol que de nubes pero si hay demasiado sol prefiero tener algunas nubes. Prefiero sentirme de mediodía que de madrugada y de noche en vez de mañana. Pero más que todo, prefiero sentirte conmigo que sentirme sin ti. Prefiero sentirte cercano que lejano pero a veces es mejor que estés un poco lejos para que pueda extrañarte. Prefiero sentir que eres más mío que suyo pero al final siempre prefiero que seas tuyo. A veces me gusta que seas de nadie pero creo que siempre es bueno entregar aunque sea un poquito el corazón.

Prefiero que me lean a que me ignoren y prefiero que comenten a que dejen sus pensamientos encerrados en su mente. Como verán con esta entrada, las palabras necesitan expresarse. A veces me gusta que los pensamientos se queden dentro porque son muy míos pero la mayor parte del tiempo considero que hay que compartirlos y no ser tacaña.

La foto la saqué de aquí y es de este artista.

Pd. Me pastruleé mal con esta entrada, sholita/o. Disfrútala que todo lo escrito es verídico y tiene un poco de todos... O todos tenemos un poco de ella. También sería genial que alguien pudiera decirme por qué se llama "Colibrí". El que adivina se gana mi amor eterno.

sábado, 21 de agosto de 2010

Enamorarse



Tal vez me consideren loca por escribir esto. Tal vez piensen que no tengo razón. Tal vez piensen que tengo razón en ciertas cosas pero difieran en otras. Tal vez piensen que tengo razón en todo. Lo que pasa es que yo creo que hay dos formas de enamorarse: cuando te enamoras y cuando te enamoran.

Cuando te enamoras es la clásica. Te presentan a alguien y piensas: "¡Es lindo!", y mientras se van conociendo más y más te vas dando cuenta que algo cálido va creciendo en tu interior. Sientes como una hoguera va creciendo dentro de ti, envolviendo todo lo que eres o creíste ser. Lo más interesante es que esa hoguera brilla más intensamente cuando ves sonreír a esa persona y ese brillo llega a tus labios y a tus ojos y no puedes evitar sonreír también. Cuando te enamoras el amor nace de ti y crece en ti por ti. Todo depende de ti, es espontáneo. Si intentas recordar como empezó solo puedes recordar su sonrisa y el tono de su voz. Esa hoguera se alimenta de sus sonrisas y el brillo de sus ojos.

Por otro lado está cuando te enamoran. Cuando te enamoran es casi un "peor es nada". Si es que no has tomado mucho tiempo para pensar en estas cosas y en como te sientes podrías equivocarte y pensar que nació de ti. Es cuando conoces a alguien que al principio realmente no te impresiona o te ilumina pero que después de mucho esfuerzo de su parte empiezas a sentir crecer un fuego dentro de ti. Este fuego no te invade por completo y no brilla tan intensamente, pero está ahí. El problema es que este fuego no estuvo siempre ahí, ese fuego nació alimentado por atenciones y miradas cariñosas. ¿Qué pasó? Te enamoraron. Te atrajeron cuidadosamente a sentirte especial al recibir las atenciones de alguien mas. Al intentar recordar de donde provino ese fuego solo vez un borrón de insinuaciones, atenciones o palabras cariñosas. Cuando te enamoran el amor nace en alguien mas y esa persona te lo va pasando a ti.

No crean que digo que enamorar a la persona de la que estas enamorado esté mal. Es más, lo encuentro perfectamente válido. Es natural que quieras que la persona que amas te ame. Es completamente normal el querer llenar a esa persona de atenciones. No es como si la estuvieras atrayendo a una vil trampa que arruinará todas sus oportunidades de enamorarse por siempre. De todas formas, es muy difícil encontrar dos personas que de pronto se enamoran una de la otra por completa espontaneidad. Incluso sucede que muchas personas simplemente no se dan cuenta que han sido enamorados por otra y creen que fue su propia idea desde el principio (Inception/El origen).

Sin embargo, yo sí me doy cuenta. Puedo distinguir perfectamente (tal vez no perfectamente pero claramente) cuando me he enamorado de cuando me han enamorado. Llevo mucho tiempo pensando en esto y creo que ya logro distinguirlo, no sin cierta pena porque solo soy humana y me gustaría "aprovechar las oportunidades que se me presentan" como los demás tranquilamente. Es por esto que siento que no debo permitirme el hacerle caso a alguien que me ha enamorado. De alguna manera siento que es injusto tanto para él como para mi. Para él porque podría encontrar a alguien que sí se enamore de él sin pedirle nada a cambio, que solo lo ame porque se enamoró de él. Es como si yo lo estuviera utilizando para obtener atención porque tengo miedo a estar sola. Y también es injusto para mi porque yo también merezco la oportunidad de enamorarme espontáneamente de otra persona. Soy muy joven para simplemente rendirme al "peor es nada". Yo también quiero vivir mi propio amor y luchar por él.

Tal vez suene extraño o complicado pero es así como yo veo las cosas. Me daría mucha pena el tener que rechazar a alguien pero sino tendría que explicarle que solo le hago caso porque tengo miedo a estar sola y porque me da la oportunidad de aprovecharme de su amor por mi. Es que una vez que estás consciente de la situación eso es lo que es. Te aprovechas del amor que la otra persona siente por ti para sentirte querido y especial. Somos humanos y todos queremos sentirnos queridos y especiales pero yo no podría hacerle creer a otra persona que la amo incondicionalmente si es que estoy consciente que yo no me enamoré espontáneamente.

Por si acaso, todo esto es un sentido completamente hipotético, cualquier parecido con la realidad es meramente una coincidencia. Utilicé la primera persona ("su amor por mi", "es injusto para mi") solo para hacer los ejemplos más claros.

Esta foto es la saqué de aquí y es de este artista.

jueves, 12 de agosto de 2010

Misceláneo II


Cada vez que nos encontramos me quedo mirándote. No solo porque eres el chico más encantador que he encontrado en mi vida, no. No solo porque me encantan tus ojos y las pecas sobre tu nariz, no. Simplemente hay algo en ti que me llama. Es la manera en la que te mueves, de aquí para allá, hablando con todo el mundo. Es el sonido de tu voz y el timbre de tu risa. Es que eres tú. Dudo que haya algo en ti que no me agrade aunque sospecho que es solo porque aun no lo he encontrado. Al final, nadie es perfecto pero amar conlleva aceptar las imperfecciones.

Estás muy lejano. Eres como... como una estrella fugaz. En un cielo estrellado espero a que aparezcas y cuando lo haces me deslumbras pero solo por un corto tiempo. Nunca voy a poder alcanzarte pero cada vez que apareces me traes suerte. Siempre es una suerte el poder verte. Eres una estrella fugaz y yo solo te pido un deseo: que yo sea la tuya. Quiero ser tu estrella fugaz. No, mejor no quiero serla porque eso significaría que estoy lejana para ti y que jamás podrás alcanzarme cuando en realidad es todo lo contrario. Si tu quisieras alcanzarme sólo tendrías que estirar la mano y me encontrarías ahí, esperándote. Yo nunca quiero parecer distante para ti.

El desamor y los amores imposibles son demasiado trillados. Todos habrán escuchado una canción o leído un libro sobre eso. Abundan los poemas de amores no correspondidos. Sin embargo, no puedo evitar escribir sobre esto. Y es que me va a invadir un amor imposible mientras tú sigas siendo imposible. No sé qué verás tú en mi. No sé qué pensarás cuando me ves o cuando me recuerdas... si es que me recuerdas. Lo único que imagino es que no me ves como yo te veo y eso no me sorprende. ¿Cómo explicarlo? Tú eres la estrella fugaz deslumbrante en el cielo y yo soy solo otra de las personas que se encuentran paradas en el frío suelo esperando a que pases. Tú eres único y gracioso y divertido mientras yo soy la loca que escribe sobre su amor imposible. Tú eres tú y yo soy yo y no parece que llegaremos a ningún punto medio en el cual encontrarnos.

Mientras que espero a ver si llega ese punto medio te pido que sigas siendo mi estrella fugaz para que me sigas deslumbrando con tu brillo y sigas alimentando mi sonrisa con el sonido de tu voz.


Ya no es un párrafo pusilánime, ahora es un texto pusilánime porque parece que el primer Misceláneo les gustó. Tal parece que el "Misceláneo" se volverá una serie que continuaré cada vez que me ponga pusilánime y quiera escribir cosas pusilánimes. Pusilánime, pusilánime, pusilánime. Estoy escribiendo la palabra pusilánime demasiado. Espero cansarme de ella pronto.

Tengo que compartir este video con ustedes. He llorado por los 10 minutos que duró como si el enamorado que no tengo se hubiera ido a Irak. En serio, es lacrimógeno como mierda pero es un lacrimógeno bueno. La verdad es que no sé si lo podrán ver porque es un video de Facebook, pero es demasiado bonito.

La foto la saqué de acá, es de este artista. Tiene fotos demasido lindas.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Construcción masiva



Mis queridos, lindos, preciosos amigos de UTPMP Perú se fueron ayer en la noche a sus respectivos colegios para la construcción masiva. Para muchos esto no tendrá mucho sentido o no sonará tan emocionante como lo es para mi. Déjenme explicar: la construcción masiva es la construcción masiva... es la masiva. En mi primera construcción, que fue de escolares, construímos... ¿Qué? ¿Doce casas? En la de Semana Santa construímos treinta y seis casas. En esta masiva se construirán ciento treinta casas. Alucinen la magnitud. Son cientos de voluntarios, más de cien familias... Son cientos de personas, todas enfocando su energía y sus ganas durante cinco días persiguiendo el mismo sueño: erradicar la pobreza extrema. Y yo no estoy formando parte de ellos.

No me malentiendan, no estoy llorando en una esquina pero admito que me sentí muy mal cada vez que tenía que decir: "No voy a construir esta vez". No saben lo horribles que se han vuelto esas cuatro palabras juntas para mi. Ustedes se preguntarán: "Pero si te morías tanto por ir a construir, ¿por qué no vas?". Ah, ahí es donde radica el gran problema de toda esta situación... ¿Por qué no voy? La respuesta es simple y a la vez complicada. Si no quisiera aburrirlos con la historia larga tendría que decirles: "Como regresé hecha mierda de la construcción de Semana Santa y al otro día no me pude levantar para ir a clases mi mamá no me dejó ir". Entonces muchos pensarán: "Broder, eres demasiado pusilánime. ¿Cómo dejas que tu madre te controle así? Yo que tú la mandaba a la mierda y me iba a la construcción". Ok, piensen que soy pusilánime, piensen lo que quieran. Pero como este es mi blog y me importa un pito aburrirlos y en verdad me gustaría que entiendan, contaré la historia larga.

Regresé de la construcción de Semana Santa completamente hecha mierda. Estaba insolada, tenía heridas, moretones y me dolía cada centímetro de mi cuerpo... pero obvio, estaba feliz. El problema fue que al otro día tenía clases. Como los profesores pensaron que nos íbamos a echar la gran juerga, nos mandaron largas tareas. Obviamente me zurré y no hice la mayor parte de ellas (¡Oh por Dios, Alejandra no hizo sus tareas! Que importa, nunca las hago). Al día siguiente que regresé me desperté yo bien linda a las 7:30 para ir a clases y me di cuenta que mis brazos pesaban por lo menos dos kilos más y mis piernas, tres. Primera clase del día: Computación. Y un cuerno, nada más inútil. Entonces decidí tirármela para descansar porque al final me importaba un pito (Recordatorio: yo voy para biología, especialización en ecología). En fin, sólo me salteé Computación, sí fui al laboratorio de Mate que me tocaba después. A mi todo esto me pareció muy normal, gran prueba de mi pereza y "para una buena causa". Si tenía que jatear todo el fin de semana que venía para descansar, fresh. Pero obviamente a mi mamá no le hizo ninguna gracia y cuando le dije que quería participar en la masiva me preguntó: "¿Tienes clases al otro día?" "Sí" "Entonces no".

Esa vendría a ser la historia. Ahora, la explicación. Ustedes dirán: "Pero, ¿por qué no le rogaste?, ¿por qué no le prometiste que sí irías a clases al día siguiente? O, en fin, ¿por qué no te rebelaste?". Por supuesto que rogué y por supuesto que prometí que iría a clase al día siguiente pero no funcionó. Verán, comprendo perfectamente el punto de mi mamá. No me encanta, no calza con lo que yo quiero; pero lo comprendo. Mi mamá es madre soltera desde que yo tenía once años y se deshace trabajando como diez horas al día. Tal vez no nos compre Nextels o laptops o Play 3 pero se rompe el lomo trabajando para pagarme una buena educación y yo la admiro por eso. La universidad no es barata, nada es barato. Todo tiene un precio y si no fuera por el esfuerzo de mi mamá mi hermano y yo estaríamos en la calle. Lo único que ella me pide a cambio es que no me meta en problemas y que estudie. Claramente ella ve que regresar de una construcción teniendo clases al otro día afecta mis estudios y no quiere eso. Gasta mucho dinero en mi educación como para que yo rompa el acuerdo tácito que existe. Yo no quiero romperlo por respeto a su esfuerzo. Si tengo que hacer algunos sacrificios como es perderme la construcción masiva, pues bienvenido sea. No me encanta, pero lo acepto. Además, le he causado demasiados problemas durante mis teenage emo mode on years como para ponerme pendeja a los dieciocho años también. No se pasen. De cierta forma siento como si estuviera en deuda con ella por tantas cosas que no me da el tiempo ni el esfuerzo para saldar tantas cuentas; pero lo intento.

Esa es la razón por la cual no estoy yendo a construir con todos mis amigos. Si es que todavía piensan que soy una pusilánime por no rebelarme, be my guest. Claramente nunca se han encontrado en una situación como la mía... o son poco empáticos. Ya será para la próxima construcción que no tenga clases al otro día o para algún ciclo en el que empiece clases a las dos de la tarde los lunes (en la Cayetano estas cosas no suceden así que se descarta esta posibilidad). Amo la labor de UTPMP y quiero seguir persiguiendo el sueño de erradicar la pobreza extrema pero, lamentablemente, esta vez no podrá ser. Por el momento les deseo la mejor de las suertes a cada uno de los voluntarios que participan en esta construcción y espero que cuando regresen me cuenten como les fue... y exageren.

P.d. Los voy a extrañar como mierda.

domingo, 8 de agosto de 2010

Bonito


Quería cogerle una mano. Quería acariciarle la mejilla con las yemas de los dedos. Quería decirle que era la primera mujer hermosa que veía desde hacía años. Que verla bostezar tapándose la boca con el dorso de la mano bastaba para que se me cortara la respiración. Que a veces no captaba el sentido de sus palabras porque me perdía en las dulces ondulaciones de su voz. Quería decirle que si ella estuviera conmigo, nunca volvería a pasarme nada malo.
-El nombre del viento, pg.288-289.

Este párrafo es bonito. Muy bonito. Quería darles tiempo a leer la entrada anterior o las otras dos que escribí esta semana pero tenía que compartir este párrafo tan bonito con ustedes. No me da el tiempo ni los posts para compartir con ustedes todas las cosas bonitas y no tan bonitas que quiero compartir con ustedes, pero lo intento. En especial ahora que tengo tiempo.

Espero al chico que piense lo que dice el párrafo... por mi. Eso es más o menos lo que quería transmitir en el post anterior-anterior... solo que menos obsesivo.

Saqué la foto de acá, de este artista.

Yo leo, tú lees, nosotros leemos


Amo leer. Me encanta leer. Supongo que ya lo sabían o lo intuían. Para los que me conocen del colegio sabrán que escribí sobre mi placer de leer y la Miss Claudia me regaló un libro por eso. Para los que me conocen de la universidad sabrán que soy Harry Potter obsessed porque fue mi infancia y me rehúso a olvidarla. Para los que me conocen de cualquier otro lado... Supongo que ya lo habrían adivinado... ¿o no?

Muy pocas veces sucede que encuentro un libro que verdaderamente me atrapa. Harry Potter fue uno de esos y fue por eso que apenas terminaba de leer uno de los libros de la serie esperaba impacientemente un año o dos o tres hasta que sacaran el próximo. La serie de Harry Potter fue mi primer escape de verdad. Leí el primero en el 2001, en español, cuando me fracturé la pierna. Un poco tarde, considerando que ese libro salió en español en el '99. Yo estaba a punto de cumplir nueve años y ya habían pasado varios libros por mis manos pero ninguno me había atrapado como ese mundo de magia (salvo tal vez por El Principito). Recuerdo que me lo trajo mi papá y me dijo que me gustaría. Desde entonces debo haber leído ese libro aproximadamente diez veces. Como El túnel. Lo he leído probablemente diez veces también y prácticamente me lo sé de memoria. Amo ese libro.

Sigamos con el ejemplo de Harry Potter. Cada vez que me traían un nuevo libro de la serie me veía obligada a leerlo sin descanso. Era: o leía todo el libro en tres días sin dormir o... leía todo en tres días sin dormir. No podía hacer nada más, no podía soltar el libro, dormir y seguir al día siguiente. Si les gusta leer saben a que me refiero. "Son las tres de la madrugada... Una página más... Hasta el final del capítulo... Hasta el final del próximo capítulo...Un par de páginas más... Son las seis de la mañana". Simplemente no soy capaz de soltar el libro y, en todo caso, si lo hiciera terminaría echada en mi cama sin poder dormir pensando over and over again en que podría pasar más adelante en el libro. Si no les ha pasado, no saben lo que es leer de corazón. En serio. Y cuando por fin terminas el libro sientes como... agridulce. Un vacío que al mismo tiempo tiene algo de orgullo. Sabes que has leído una buena historia y que al leerla le has hecho justicia a los hechos que te contaba pero al mismo tiempo no sabes que hacer ahora que se ha acabado. Eso me pasó con La sombra del viento las dos veces que lo leí.

Los libros siempre fueron mi escape. Fueron aquello que me acompañó cuando estaba más sola y fueron mis pasajes de avión a tierras lejanas y vidas distintas. Los libros han marcado mi vida por etapas. Tal vez lo que no ha cambiado en los libros que leo es que siempre, al final, regreso a un libro sobre magia. Supongo que es porque ya que los libros son mi escape elijo leer aquello que me va a llevar más lejos de mi realidad. Es decir, odiaría leer sobre adolescentes comunes y corrientes que viven cosas comunes y corrientes. ¿Cuál es la gracia de eso? Es como ir al cine para ver una película de mi propia vida. Al final siempre termino leyendo sobre magos, criaturas fantásticas, demonios, capas negras y conjuros. Lo que me lleva a lo que me trajo a escribir este post.

He estado leyendo un libro llamado El nombre del viento. Ayer no podía dejar de leerlo y terminé despierta hasta las cinco de la mañana sin poder cerrarlo. Cuando lo hice ya eran las cinco y media y el cielo estaba aclarando. No pude dormir hasta como las ocho pensando en qué iba a venir después en el libro, como Kvothe llegará a la universidad, que pasó con los Chandrian, si se encontraría de nuevo con los demonios del festival... Hace tiempo que un libro no me absorbía tanto. El último que leí fue hace algunos días, Water for elephants. Un libro sobre la vida de un joven en un circo durante la Great Depression. Definitivamente fue interesante y entretenido pero sí podía soltarlo a las tres de la madrugada si quería. Me he enamorado de Kvothe, me muero por saber qué le pasará después. Y es precisamente por eso que dejaré de escribir y regresaré a mi cuarto a leer.

La imagen la saqué de acá y es de esta artista.

P.d. Tres posts en una semana, ¿qué me pasa? Las bendigo, vacaciones. Ah, y no se olviden de votar acá. ¡Gracias por leer!

jueves, 5 de agosto de 2010

Misceláneo


Pensamientos que ya no pienso pero me gustaría pensarlos aún.

Hola, muchacho. Eres demasiado lindo, churro, pepa, boni. Estoy casi segura que te amo y si no lo hago sería una pena porque pensé que ya había aprendido a distinguir ese sentimiento. Es que ya no sé que hacer. Voy meses siguiéndote a donde vayas. "¿Vas a Help?" "No sé, ¿va ÉL?". Y si no vas, no voy porque prefiero esperar a que te conectes a Msn o, si no lo haces, aplicar el Facestalk que he mastered hasta si level mas alto. Si no te amo, me gustas. No hay más. Es verdad, no hay más. Estás solo tú, tú, tú y, bueno... . A veces te veo y no te hablo porque me da vergüenza y me da miedo cagarla y que pienses que soy demasiado rara y que pierdes tu tiempo hablando conmigo. Te juro que no pierdes tu tiempo hablando conmigo. Te juro que si me hicieras caso sería lo mejor que me haya pasado en mi vida. Fácil si me hicieras caso también sería lo mejor que te haya pasado en la vida, pero eso no lo sé aún. Ah... ¿Algún día me verás? Ya no sé cuanto tiempo más te tomará darte cuenta que estoy detrás tuyo siempre, que te sigo con la mirada y que definitivamente no son coincidencias de la vida que nos encontremos en todos lados. Me gustas, me encantas, ¡te amo! Ya no sé que más hacer aparte de enviarte indirectas muy directas y esperar a que te enamores de mi como yo me enamoré de ti. Por favor, date cuenta pronto que me muero por ti y dame bola porque ya me estoy cansando de esperar. Y, ¿sabes lo que pasa cuando una chica se cansa de esperar? Su corazón se parte en miles de pedacitos como cuando se te cae un vaso de vidrio en la cocina y al final quedan miles de pedacitos de vidrio por todos lados que a pesar que no los ves te pueden hacer mucho daño igual. Así se rompen los corazones de las chicas y luego esos pedacitos de corazon que quedan hacen daño y sufres y te resignas a pensar que tendrás que vivir sin amor por toda tu vida en una casa cerrada, oscura, con papel mural de flores vintage y muchos gatos gordos. Así que, por favor, hazme caso.

Brillante, acabo de escribir el párrafo más largo y pusilánime de mi vida pero hay que admitirlo: todas nos habremos sentido así en algún momento de nuestras vidas. Para escribir esto regresé a mis tiernos años de primaria, cuando me moría por... Mejor no pongo su nombre, pero hace tiempo le conté que me gustó como que toda primaria y fresh. No me he vuelto a sentir tan desesperada y stalker por alguien desde entonces pero supongo que podríamos decir también que no he tenido por qué.

He escrito un texto de como tres páginas en papel intentando aclararme a mi misma algunas de las cosas acerca de mi última relación sentimental. Lo he hecho más que todo como una conversación conmigo misma convenciéndome que todo estuvo bien y que todo está bien. La verdad es que no sé si publicarlo porque ahora que lo pienso, incluso si no he mencionado el nombre de mi ex, es bastante personal y pusilánime. No sé. Fácil lo subo, fácil no. Díganme ustedes, su opinión importa mucho.

Me he tomado la libertad de escribir esta entrada completamente libre porque no me siento en un solo lugar. No sé si me entienden. Es como si tuviera demasiadas cosas en mi cabeza en este momento y tuviera que escribir un poco de todo en vez de mucho de algo. Estoy pensando en el ciclo que viene en la universidad, en la construcción de UTPMPP a la que no voy a ir pero me encantaría, en el trabajo que pienso conseguir, en si podré con la universidad y ese trabajo al mismo tiempo, en mis amigos, en la persona que me gusta, en la persona que no me gusta tanto pero me encantaría que me guste, en la persona a la que le gusto, en ti, en mi, en él, en nosotros, en ustedes, en ellos... Tal vez simplemente estoy pensando demasiado.

Por si acaso, no tengo idea de donde saqué la foto pero definitivamente no es mía y es demasiado paja.

P.d. He escrito demasiadas veces la palabra "pusilánime" en esta entrada y he resaltado demasiadas cosas. Diversión.

martes, 3 de agosto de 2010

Escotofobia

Así como el gato es un felis silvestris catus y el perro es un canis lupus familiaris, mi miedo a la oscuridad sería llamado escotofobia. Sí, yo le tengo miedo a la oscuridad y no me avergüenza aceptarlo. Por supuesto, estoy segura que no llega a calificarse como una fobia, pero definitivamente me da miedo.

Es horrible. Cuando se apaga la luz y todo se oscurece y las cosas ya no se ven tan claras como antes.  Todo se ve en una clase de escala de grises enfermiza y nada tiene sentido. De pronto. mi corazón empieza a latir más y más rápido. Cierro los ojos y respiro hondo para tranquilizarme pero la tranquilidad no viene. En cambio, llega el frío. Parece como si la temperatura hubiera descendido diez grados. Luego siento como si todos los órganos de mi cuerpo se contrayeran y se vuelve difícil respirar, siento como si mi columna quisiera enroscarse en si misma hasta romperse en pedazos. En este momento ya no sé qué hacer y mi mente se empieza a llenar de imágenes terroríficas. Por lo general son Sadako de The Ring y el chibolito ese horrible de The Grudge pero también puede ser la niñita de The Amityville Horror. Así mi miedo se empieza a alimentar a sí mismo, creciendo y envolviendo mi mente. Entonces empiezo a pensar: "Te estás sugestionando, no pasa nada, no hay nada, esto lo estás creando tú sola" pero por lo general no logro dialogar con mi misma para convencerme que no tengo por qué tener miedo. Eventualmente llego a calmarme y sacar todas las imágenes de mi mente, pero tarda tiempo.


Muchas veces me han dicho: "¿No estás un poco grande para tenerle miedo a la oscuridad?". Pues discúlpenme si no me he enterado aún pero no sabía que le habían puesto una edad límite al miedo. Tal vez estoy un poco grande para estar en kinder o estoy muy grande para usar zapatos talla 35 pero dudo mucho que haya una edad límite para el miedo. ¿Acaso hay una edad límite para sentir cariño? ¿O para ser feliz? Al final, no es como si yo decidiera sentirlo. Es más, preferiría no sentirlo y no volcarme al pánico cuando hay un apagón. Preferiría apagar la luz en la noche sin tener que mentalizarme antes de hacerlo y sin sufrir las consecuencias de la oscuridad después. Pero claramente no puedo hacerlo y no es mi culpa. Comprendo que tal vez sea extraño o incluso molesto. A mi mamá le irrita porque mientras camino por la casa prendo y apago las luces. Estoy segura que escuchar el clok, clok, clok de los interruptores debe enervarla pero lo repito: a mi tampoco me gusta.


No recuerdo cuando empecé a temerle pero recuerdo que en algún momento no le temía. Recuerdo que era yo quien tenía que acompañar a mi hermano mayor porque él tenía miedo de ir solo y yo me sentía tan poderosa al acompañarlo. Yo era una machasa. No sé que me pasó después. En algún momento me volví un ser temeroso, una hopeless romantic con miedo a la oscuridad y a las pelotas. Estoy segura que antes yo era chapadaza y jugaba football con mis amiguitos y le pegaba a quien me molestaba. No sé cuando me volví el ser pusilánime que soy ahora. Aunque antes era muchísimo más pusilánime, en ese momento en el que pensé que debía ser "femenina" para gustarle al chico que me gustaba (ese mismo que jamás me hizo caso). Creo que llegué a esforzarme tanto por ser femenina según la idea que yo tenía de la femeneidad que terminé creyéndomelo. No me malentiendan, no intento utilizar el término "pusilánime" de ninguna manera insultante. No es que odie a las personas que no juegan football, son femeninas y tienen miedo; y tampoco es que no me guste como soy ahora. Es más, me encanta ser yo pero a veces me gustaría poder ser un poco mas fuerte y no tenerle miedo a la oscuridad ni a las pelotas. Cuando la gente me invita a jugar volley con ellos y yo rechazo sus ofertas creo que se sienten insultados. O las veces que he tenido que pedirle por favor a mis amigas que me acompañen porque está demasiado oscuro. Sería casi vergonzoso si no fuera porque sé que no puedo hacer mucho por cambiarlo.


Al fin y al cabo, es miedo. La clave para combatirlo está en mi propia mente sólo que aún no la encuentro.


P.d. Estoy consciente que "escotofobia" podría parecerse a "escrotofobia". Lo puse sin explicaciones porque supuse que nadie haría ningún comentario acerca de ello pues es un tema "serio" pero mi hermano recalcó sobre el parecido (es decir que se rió y corrió a mi alrededor repitiendo: "¡Escrotofobia, escrotofobia!") así que parece que tengo que aclararlo. Quería encontrar el nombre de la fobia a la oscuridad en Internet pero lo único que encontré es que al parecer no existe un nombre aceptado generalmente. Encontré que se puede llamar escotofobia, acluofobia, ligofobia, mictofobia y nictofobia. Elegí escotofobia porque encontré que "skotos" es oscuridad en griego por lo que la palabra tenía sentido etimológico.