jueves, 19 de enero de 2012

Y ahora, ¿qué hago?



Necesito escribir. Lo necesito para llenar ese espacio que me falta. Ese hueco de lo que se me arrancó. Necesito escribir para sentir que aún tengo voz y palabra, para sentir que puedo sentir algo más que pena, para sentir que aún soy dueña de algo y que no sólo tengo que aceptar lo que dicen los demás.

A veces hay que aceptar lo que dicen, cada uno toma las decisiones pertinentes sobre sus vidas. Cuando es una decisión que concierne a dos personas, a veces que sólo una tome la decisión es suficiente. No podemos controlar las vidas de los demás, pero ojalá pudiésemos controlar por lo menos la nuestra. Sin embargo, están éstas decisiones de dos que en realidad son decisiones de uno y ahora necesito tener algo mío. Una decisión mía. Decido escribir.

He tenido que leerme a mí misma para buscar mi ayuda y me he dado cuenta que soy pésima dando consejos. Leí este post, por supuesto, y no me sirve de nada. Por supuesto que sirve cuando tú terminas la relación, como fue mi caso cuando escribí eso. Y sirve cuando no sientes culpa, que es también ese caso. Lamentablemente ese no es el caso ahora y me gustaría reformularlo.

¿Qué hago ahora que me terminaron? ¿Ahora que la herida soy yo? Llorar como una Magdalena, eso es seguro. Dejar de comer. Ver películas que ahora que se bajaron a Megaupload ya no tengo. Abrir su Facebook cada tres segundos. Por cierto, los creadores de la estúpida barra del chat permanente a la derecha definitivamente no pensaban correctamente al hacerla. ¿Cómo se les ocurre? Ahora veo su nombre y su foto todo el día al lado y no lo soporto. Me duele, ¿ok? Y es su culpa porque en verdad nadie necesita una barra de chat permanente al lado ni un espacio en el que te salga en tiempo real todo lo que hacen todos tus contactos de Facebook. Es ridículo. Es decir, para un stalker está bien porque se entera de todo lo que hace todo el mundo y puede ver exactamente cuándo la gente está conectada pero, ¿acaso nunca han terminado con nadie? No parece una idea tan buena ahora, ¿no?

Como iba diciendo, no sé qué hacer con mi vida porque en verdad él debe ser prácticamente la mejor persona que he conocido en mi vida y no ha sido nada más que bueno conmigo. Hasta que terminó conmigo, claro. Es decir, no puedo recurrir al odio para apartar toda esta pena. El odio siempre es fácil, sólo estás como que: "RAAARRGHH es una persona horrible y no se merece mi atención ni mi amor incondicional ni todas las cosas buenas que hice por él, he perdido mi tiempo. Es malo, malo, malo". ¿Y cuando no hay odio? "RAAARRGHH es una persona demasiado linda y buena y en verdad merece que le haya prestado más atención y le hubiera dado más amor incondicional y debí haber hecho todo lo posible por él, he perdido mi tiempo no devolviéndole todas las cosas buenas que hizo por mí. Es demasiado, demasiado, demasiado bueno". Así no sirve. Eso no me hace sentir mejor. Eso sólo me hace sentir como una persona horrible que debió haber dado más de lo humanamente posible para que aquél ser amado perfecto y pulcro esté contento con la relación y no termine conmigo. ¿Qué hago sin odio? ¡No puedo vivir así!

Es como si me hubieran cortado una parte de mí. No, como si me la hubieran arrancado. Con dientes afilados. De un hombre lobo. Es como si hubieran decidido: "No, tú eres una persona mala y horrible y no mereces a un ser tan perfecto y pulcro" y me lo hubieran arrancado. Del brazo. Como si fuera un tumor. Todo éste símil se ha vuelto muy raro y he derramado jugo de beterraga sobre mi pijama favorito. La tintura de la betarraga no sale, ¿no? I'm fucked. Ya lo lavé y parece que sí salió pero el polo está todo mojado así que me tuve que poner otro. #Superwhitepeopleproblems #Pero yo soy china-peruana #No importa.

Bah, perdí el hilo. Entonces, es como si me hubieran arrancado una parte de mí porque en verdad me gustaba estar con él. Incluso siento que él es lo único o lo más bueno que yo he tenido. Yo no soy una buena persona, soy rara y burlona y lamentablemente así es la vida, no podemos ser todos buenos. Pero con él por lo menos intentaba ser buena, o me sentía buena. Me confundí con él (referencia a César Vallejo) y ahora que ha arrancado esa parte de mí me encuentro cara a cara con la realidad de que dejé ir lo más bueno que he tenido en mi vida y que no soy buena como creía cuando él estaba. Y me han arrancado esa parte porque yo no la hubiera dejado ir, yo hubiera aceptado que él sufra conmigo para que yo no tenga que sufrir sin él. Y lo admito, porque no soy buena como él y porque soy egoísta. Pero es la verdad y es la verdad para muchas otras personas.

Nos aterroriza el dolor, le tenemos terror a sentir la pena y por eso nos escondemos detrás de quién sabe qué cosas para no tener que llorarla y sufrirla y pasar por el difícil camino de la recuperación. Algunos se esconden detrás del alcohol, o de las drogas, o de los videojuegos... Otros, como yo, nos escondemos detrás de la bondad de los demás. Y sabemos que con esa bondad nos van a proteger, van a evitar que nos pasen cosas malas. Con esa bondad nos van a ayudar a sobrevivir el dolor y precisamente por esa bondad van a hacer lo posible por no hacernos daño. Pero me cansé de aprovecharme de su bondad y acepté que me deje. Porque así me siento, dejada. Dejada a la deriva sin saber qué hacer. Sin saber de dónde sostenerme para que no me arrastre la pena. Ese es un problema, y ese es el problema de mi manual para sobrevivir a los break-ups: nunca sabes con cuánta fuerza te va a golpear la pena. Yo no esperaba esto. Yo pensé que iba a estar tranquila y relajada mientras soportaba la pena porque "es lo mejor para él" y todas esas webadas. Pensé que lo iba a manejar mejor, pensé que iba a soportar el dolor con tranquilidad y modestia (wtf?). Sin embargo, aquí estamos. Tal vez lo único que me falte sea escribir. Tal vez cuando termine de escribir esto me sienta mucho mejor pero nunca se sabe porque lamentablemente no podemos controlar todo en nuestras vidas.

Lamentablemente la gente es complicada y los sentimientos son frágiles y no importa qué hagas, eventualmente vas a tener que sentir pena y dolor y vas a tener que sufrirlos. Y cuando llegue ese momento, precisamente porque has estado escondiéndote y protegiéndote no vas a saber qué hacer. Y vas a sentir que te han arrancado una parte y que nunca la vas a poder recuperar y que te quedará una cicatriz por siempre que te recuerde que los buenos tiempos existen pero que no por eso te vas a salvar de los malos. Y vas a llorar y vas a sufrir porque el mundo no te da lo que quieres, porque tu vida no salió como la planeabas, porque tú sigues esperando tu príncipe y tu final como en Disney que nos mintió vilmente. Y eventualmente te vas a recuperar, no sabes cuándo, pero te vas a recuperar porque al final uno siempre termina por consolarse (referencia a El principito). Y cuando te recuperes mirarás atrás y dirás: "not bad", y serás tonta como yo y pensarás que te salvaste de la pena fácil porque no te vas a acordar de lo horrible que te sentiste en ese preciso momento en el que te diste cuenta que tu sueño terminaba con él dejándote. Y está bien, por supuesto que está bien, porque serás feliz de nuevo y tendrás otro sueño con el cuál ser buena y feliz y parecerá como si todo el sufrimiento anterior fue mentira.

Estoy muy triste, sí, pero eso no significa que algún día no estaré bien. Perdí algo, sí, pero eso no significa que algún día no encontraré algo más. La vida sigue y es corta así que no puedes quedarte estancada así. Yo sé que duele, que no dan ganas de nada más que llorar, que todo parece vacío; pero también sé que eventualmente eso va a cambiar porque ya me han mostrado que los buenos tiempos son posibles.

Y por eso te agradezco, por haber sido infinitamente bueno conmigo, por haberme apoyado en momentos muy difíciles, por haber soportado mis cojudeces y por haberme dado buenos tiempos. Ahora es hora de partir, de seguir y de luchar contra la pena. Porque ella no puede conmigo así como yo siento que no puedo sin ti. Y cuando yo deje de sentir que no puedo sin ti, ella se va a rendir.

Ahora regresaré a mis lloriqueos inmaduros y mis esperanzas rotas hasta que me sienta mejor. Gracias por leerme.

Ya ni siquiera recuerdo qué he escrito, pero me da miedo leerlo. Y ahora me dio miedo que lo lean ustedes, pero ahí va.

Foto: Grabado de Fito Espinoza. Ya lo había visto antes en el blog de Janis pero me pareció pertinente al caso así que espero que no se moleste.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Leerte a tí misma después de mucho tiempo, luego de que has usado la lectura como catarsis puede ser útil, no siempre, aunque tus formas de pensar de cada momento evolucionan.
Terminar una relación es una cosa, que te terminen es otra. Una puede herir tu orgullo y tu corazón, mientras que la otra, te destruye y desvanece completamente tu esperanza.Sólo hay que saber controlar la manera en la que se derrumba tu coraza, hay que saber construirla para no dejar que nada la perfore y/o cuando se haga se caiga lentamente.
Por otro lado, las redes sociales son una buena herramienta cuando tienes desordenes compulsivos; pero en este caso hay que saber cerrar las ventanas, dejar la computadora de lado y ponerte a pensar en cosas que valgan la pena. Redirígete a la realidad, abre los ojos, la ventana y mira más allá de la pared que está enfrente. Los rayos del sol se reflejan en la pared blanca, y mientras exista un blanco siempre van a haber sueños. Sin odio simpre va a haber amor, solo que de manera diferente. Hay que saber apreciar lo que tienes enfrente tuyo, para que en caso de pérdidas no nos duela tanto.
Después de haber pérdido a mi mejor amiga, mentora, madre y compañera; supe que la vida me había regalado un buen sostén y que ya estaba en mí seguir ceciendo. Apreciar, aprender, y seguir es lo mejor para seguir caminando. La felicidad no esta a la vuelta de la esquina, pero tu personalidad es la que se interpone entre tu verdadero ser y lo demás, es cuestión de cómo la armes lo que puede decidir posteriormente tu camino.La perfección no es posible, pero tú decides que esperar a cambio de lo que das.
Esconderte detrás de la bondad? No lo creo... Yo creo que eres como un barco que va en contra de la corriente. La soledad y la oscuridad nos desorientan y pierden en altamar, pero siempre hay otra cosa más allá en el horizonte. Es difícil tener tanta originalidad, es fácil apoyarse en los demás, pero no todo es permanente. Al final siempre somos solo nosotros. Nacemos, crecemos y morimos por nuestra cuenta.
LAMENTABLEMENTE, somos humanos, somos FRÁGILES. No podemos ser superhumanos o de acero. Hasta una brisa fuerte nos puede marear y colores demasiado fuertes nos pueden cegar. Todo que aquello que percibimos nos afecta, nos confunde, nos llega hasta el fondo, aunque no parezca ¬¬.

Llorar es bueno, pero es mejor saber luchar. Poder mirar atrás y decir jmmmmmmm not bad... No me arrepiento de nada. Todo sirve para algo...