martes, 24 de julio de 2012

Recuerdos de febrero



Recordé esa noche de febrero y la esquina de Larco con Benavides. El banco, las rejas, el semáforo, los micros. La gente que pasaba y se quedaba mirándonos. Las lágrimas que caían por mi cara y por la tuya. La pena y el infinito sacrificio que sentía que hacía. Fue como arrancarse un tumor del que me había encariñado. Eras mío, eras parte de mí, eras amado, pero me hacías daño.

"No puedo con esto, no soporto como me tratas. Te dije una última oportunidad. Ésta vez sí es la última. Tal vez yo no soy la persona con la que vas a ser bueno, no soy la persona a la que vas a tratar bien, no soy quien saca lo mejor de ti. No creo que me ames tanto como crees que me amas porque cuando uno ama a alguien, no le hace daño. Tal vez simplemente no somos el uno para el otro. Tal vez yo no soy la persona que te inspira a tratarla bien. Me da muchísima pena no ser esa persona, en serio, pero parece que no hay nada que pueda hacer al respecto. Ya lo intenté mil veces, ya te di muchas últimas oportunidades. Yo sé que merezco que me traten mejor y yo sé que mereces encontrar a esa persona que te haga mejor. Yo sé que puedes cambiar, que puedes ser bueno, pero sé que no será conmigo."

Entonces, a mis diecisiete años, sentí que tenía toda la sabiduría del mundo y que hacía el sacrificio más grande. No te dejé abrazarme o besarme por última vez e intenté perderme entre la gente. Sabía que si te dejaba mantenerte cerca me podías convencer de darte otra última oportunidad, pero yo ya no podía soportar más últimas oportunidades así que intenté alejarme lo más posible. Además, sabía que estar cerca nos hacía daño y, de todas maneras, yo solo quería seguir con mi vida.

En ese momento me sentí perdida, había alejado al centro de mis días, no sabía qué hacer sola. Sin embargo, entre las ganas de regresar al terreno conocido y seguro de tus brazos, supe que había tomado la decisión correcta y que solo seguían cosas buenas. Las cosas buenas vinieron y se fueron, como todo. La vida fue buena conmigo, como también fue injusta luego. Todo siguió, todo sigue y yo estoy bien.

Yo sé que te dolió mucho, que nunca me entendiste, que me guardas rencor hasta ahora, pero estoy convencida que nunca he sido tan sabia como el día que te dejé ir. 


La imagen es de aquí.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Algún día la sabiduría también llegará a él.

Lele dijo...

Solo espero que haya entendido y que hayan seguido cosas buenas para él como siguieron para mí.

Maye Nazario dijo...

Te juro que me inspiras :( espero que mi decisión se la correcta.