Clase de computación: ahondando en el sentido del BLOG

Es medio gracioso que estoy en medio de la clase de computación en la universidad y estoy escribiendo una entrada. Como podrán ver, me han dado unas urges horribles de escribir cualquier webada estos últimos días. Escucho al profesor hablar de hackers, de virus, de trojanos, de passwords, etc, etc. y la verdad es que no le estoy prestando atención desde que entró y dijo: "Hola chicos".

Me puse a leer blogs porque me gusta saber que no soy la única loca que escribe maniáticamente en su blog. Pucha, con lagrimita y todo debo decir que blogspot me ha creado un hogar... o un manicomio. Un manicomio donde somos un montón de locos que tienen el mismo vicio: escribir en sus blogs. Extrañamente, me hace sentir en casa. Me hace sentir protegida por un pequeño espacio donde nadie me va a mirar raro (para empezar porque no me van a mirar directamente) cuando vean que paso mi tiempo escribiendo happily ever after en mi blog. Sí, no estamos solos, somos un colectivo de personas en una página masiva en Internet.

Mi blog, ¿qué es mi blog? ¿Por qué está aquí? ¿Cuál es su función? Básicamente, mi blog funciona de desfogue, de soy-tu-mejor-amigo-yo-escucho-todo-aquello-que-necesites-decir (estoy usando este estilo-de-nombrar-las-cosas demasiado). En mi blog digo todo lo que tenga que decir sin interrupciones, porque la pantalla no se va a apagar para no dejarme escribir y me va a empezar a refutar todo lo que diga. Mi pequeño espacio de creación de entradas se mantiene blanco, pulcro e inmaculado esperando a que yo violente su pureza, con el pequeño indicador tintineante que parece decir: "Tipea y te dejo de joder con el tintineo de Tinkerbell". Entonces yo escribo todo lo que se me ocurre y me siento mas tranquila cuando, después de releerlo y poner en bold las cosas que quiero resaltar, clickeo en el gran botón naranja que dicta como una sentencia "publicar entrada". Y yo hago click, porque no hay nada más que hacer con esta entrada que acabo de escribir. Hago click en el gran botón naranja y, por arte del Internet, mi entrada se publica en mi blog para que todos puedan leerla. Luego, como madre orgullosa, yo podría incluso pedirle a mis amigos que lean lo que he escrito porque me parece divertido o porque podría interesarles. Me he mandado la gran pastruladad de la vida. Regresemos al punto, ¿cuál es la función de mi blog? Presentarme como soy a los demás room-mates de esta gran casa presentada con la dirección de blogspot.com.

¿Qué he escrito en mi blog? Pucha, me acuerdo de una entrada de inicio, pero no lo que decía. Recuerdo la entrada de las polillas en la ducha porque me pareció irreverente. Recuerdo una entrada sobre mi primer día en la universidad que ahora se siente tan lejano. Recuerdo entradas sobre mi amor infinito a mis amigos de la universidad que simplemente son la cagada. ¿Acaso he creído que a alguien le interesaría leerlo? Pucha... no, la verdad. Me siento como Juan Pablo Castel, escribiendo mis cosas esperando que alguien entienda lo que esta escondido así bien caleta entre líneas así como él pintó su cuadro con la pequeña ventanita en la que nadie se fijó hasta que apareció María y... lean el libro. Por supuesto, dudo que yo llegue a enamorarme perdidamente y matar a la persona que comprenda lo que escribo pero tal vez, muy dentro, así bien deep, busco que alguien me comprenda mas de lo que cualquiera me haya podido comprender a través de estas entradas que parezcan sin sentido.

Dios, que denso. Lloro. Y también me muero de hambre pero ni mi blog ni ningún otro me podrá ayudar contra esta necesidad fisiológica. A menos que encuentre un blog que me diga cuales son las partes comestibles de una netbook Lenovo pero eso estaría wrong in so many ways. Tengo que resolver preguntas sobre la clase de computación que acabo de ignorar olímpicamente así que mejor dejo de escribir y busco en mi querido y viejo amigo, el Internet.