Hace sólo lo que parecerían un par de años, que en realidad son más de 10, yo era una niñita flaca y chiquita que rodaba en la arena y se metía al mar. Admito que sigo siendo flaca y chiquita pero ya no ruedo en la arena ni me meto al mar (es muy frío para mí, me congelo). Por ese entonces pasaba todo el verano en la casa de playa, desde el día que terminaba el año escolar hasta el día que comenzaba el próximo, comiendo helados y haciendo huecos en la arena con mi hermano. ¿Qué pasó con los días completos en la playa? ¿A dónde se fueron las ensaladas de frutas y los almuerzos a las cuatro de la tarde? ¿Dónde quedó la chicoteca, los cheesecakes, las bolas de arena y los partidos de volley? Poco a poco, año a año, fueron desapareciendo las cosas simples de la vida y las sonrisas fáciles. Año a año me voy haciendo grande (o más grande) y me voy volviendo aburrida y amargada. ¿Qué seré cuando tenga 20 años? ¿Qué seré cuando tenga 30? Me preocupa lo rápido que se pasa la vida, en un segundo ha pasado un mes y en un minuto... ¿Cinco años? (Para que no me digan que no sé contar) ¡En dos minutos estaré cerca a cumplir 30! ¿Nadie tiene algún aparato que desacelere el tiempo para que me permita disfrutar del ahora sin tener que correr al mañana?
El motivo real por el que empecé a escribir esta entrada, más que por las nostalgias enfermizas que me abordan de vez en cuando, es que el domingo tengo que votar y no sé que haré. No estoy preparada para ejercer mi derecho de votar, por dentro sigo siendo esa niña pequeña y flaquita que quería rodar por la arena y comer cheesecake de chocolate y fresa todo el verano. No tengo idea que voy a hacer, ni siquiera sé dónde debo votar. Es decir, sé que debo ir a algún colegio en la calle las Nazarenas pero no sé dónde queda eso ni qué colegio es y mucho menos como llegaré para allá. En serio no creo estar preparada para "ser grande" y tomar las responsabilidades de los "grandes". Me gustaría que el voto sea voluntario, así las personas poco informadas y tontas como yo no se verían obligadas a marcar cualquier cosa (o, en su defecto, no marcar) sólo para que no les impongan una multa que considero inútil. Por otro lado, siento que si no voto estoy perdiendo la oportunidad de "darle puntos" a alguien merecedor de la alcaldía. Pero, ¿quién la merece? Ya sé, ya sé, me dirán: "¡Pues infórmate!", y lo comprendo, comprendo que debería leer y revisar y todo. El problema es que no tengo tiempo ni para respirar. El lunes estudio para el martes, el martes estudio para el miércoles, el miércoles estudio y hago tareas para el jueves, el jueves hago tareas para el viernes y el viernes y todo el fin de semana me la paso leyendo para el lunes y estudiando para el martes... O recuperando las horas de sueño. En este mismo instante me invade la culpa de no estar haciendo la tarea de matemáticas. Puedo decir, en mi defensa, que no puedo resolver ni los ejercicios más simples y que necesito desesperadamente que alguien me ayude, pero no hay nadie que lo pueda hacer en este momento.
Bueno, este rant sobre el crecer y las elecciones tomó un giro inesperado hacia mi tarea de matemáticas... Muy interesante. Me sorprende cómo funciona el cerebro humano (o mi cerebro, en este caso), cómo relaciona ideas o situaciones hasta llegar a algo que no tenía nada que ver con la idea original. Me pasa a menudo y así he llegado a hablar sobre unicornios con partes intercambiables, el Chama 26 3/4 y zombies subiendo por los cerros. De hecho mi vida es divertida, nadie imaginaría que estudio ciencias y estoy sufriendo con una tarea de mate que no puedo hacer. Odio todo. Amo todo. I'm out.
Saqué la imagen de aquí y es de este artista.