domingo, 6 de mayo de 2012

Regálame



Regálame uno de esos amaneceres que tanto cuentas y deja que sea sólo para mí. Regálame un par de horas de tus ojos, de tu voz y de tu compañía. Que la noche se haga día y que no importe el tiempo que pase. No te permitas estar hermético y lejano. No tengas vergüenza. 

Regálame tu cielo estrellado, tu luna brillante, tus nubes vaporosas. Regálame tu horizonte, tu sol, tu luna, tu infinito. Ilumina mis días y mis noches y embellece mi cielo. No dejes que mi cielo se nuble ni que llueva en el alma, no permitas que la lluvia se lleve los sentimientos. No dejes de ser tú, nunca.

Regálame tus palabras, esas que no sabes decir, esas que no entregas a nadie. Regálame los secretos de tu mente, los recuerdos que guardas, lo que más deseas. Dime lo que puedas decir, lo que quieras decirme, lo que quieras. Sólo dime algo y no calles lo que piensas.

Regálame un espacio donde encontrarte cuando te busco, un rincón de jardín donde escondernos, una esquina de la cama a la que no lleguen ni las sábanas ni el ruido. Regálame un pedazo del mundo que sea especial porque es tuyo y mío y no conoce a nadie más. Haz de ese lugar un lugar sagrado en donde el tiempo no pase y las cosas siempre cambien. 

Regálame tu sonrisa, por lo menos una vez más.

Aunque, en verdad, no tengo por qué pedir que me regales algo así que todo esto te lo regalo yo a ti.


No sé de dónde saqué la imagen, pero si saben de quién es, díganme.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que belleza... En lo personal me emociona sentir que cruzando la puerta hay una chispa que evite que sea todo oscuro. Pero una no puede vivir de esperanzas, sino tiene que vivir de realidades. Aunque te rompas la nariz... Aún así hay que seguir caminando, que el camino marcado sea aquel que puedas volver a mirar y del cual no te arrepientas.