viernes, 5 de marzo de 2010

Ay, ¿qué haces ahí?

Yo se que esto es un tema extraño del cual hablar pero les pido su completa tolerancia y comprensión.

Si hay algo que detesto en este planeta es ENCONTRAR POLILLAS EN LA DUCHA CUANDO ENTRO A DUCHARME. Sí, leyeron correctamente: hablaré de por qué me molesta encontrar polillas y mosquitas paradas en las paredes de la ducha cuando entro a ducharme. No pasa siempre, por supuesto, no es como si mi casa estuviera permanentemente asquerosa y las moscas estuvieran comiendo porquería de las paredes de mi ducha. De vez en cuando, al entrar a la ducha encuentro que hay una polilla parada por ahí o un bicho que no sé qué será pero parece una mosquita muy chiquita de alas grandes y grises. Me desespero tanto al verlas, me invade tanta ira que simplemente prendo el agua, las mojo y las veo ser arrastradas hacia el desagüe.

¿Por qué habría de molestarme tanto con estos pobres e inocentes animalillos? Hay dos razones mayores:
- Primero, porque siento que me observan y yo no quiero que me miren sin ropa. Cada vez que los veo parados ahí me pregunto si comprenderán lo que están viendo (si es que por lo menos me miran), si saben que hay una persona calata entrando a la ducha para ducharse. Me pone nerviosa pensar que sí y que pueden estar parados ahí a propósito. No se sabe la capacidad de comprensión de los insectos.
- Segundo, porque me siento atrapada. Si decidiera ignorarlos y sólo ducharme en su prescencia, esperando a que se vayan cuando quieran, me encontraría encerrada en un cuadrado de 1 metro por 1 metro con un bicho que podría saltar a atacarme en cualquier momento. Normalmente no le tengo miedo a los insectos pero si siento que se están dirigiendo directamente hacia mi o es posible que lo hagan me pongo muy nerviosa. Entonces el estar encerrada sin escapatoria de esos animales no me gusta para nada.

Es loco y es tonto pero hoy entré a la ducha y me encontré con una polilla parada en la pared. Se me cruzaron mil cosas por la cabeza, entre ellas escribir esta entrada al blog, y luego la mojé y vi como era arrastrada al desagüe.

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